DOMINGO LAETARE O DOMINGO DE LA ALEGRÍA.

Hoy es el cuarto domingo de cuaresma también llamado Domingo de Laetare o domingo de la alegría:

Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad”. Isaías 66,10-11.

El Papa Benedicto XVI dijo durante la homilía el 27 de marzo del año 2006:

«Este IV domingo de Cuaresma, tradicionalmente designado como «domingo Laetare», está impregnado de una alegría que, en cierta medida, atenúa el clima penitencial de este tiempo santo: «Alégrate Jerusalén» dice la Iglesia en la antífona de entrada, «gozad y alegraos vosotros, que por ella estabais tristes».

«Surge espontáneamente la pregunta: Pero ¿Cuál es el motivo por el que debemos alegrarnos? Desde luego, un motivo es la cercanía de la Pascua, cuya previsión nos hace gustar anticipadamente la alegría del encuentro con Cristo resucitado. Pero la razón más profunda está en el mensaje de las lecturas bíblicas que la liturgia nos propone hoy y que acabamos de escuchar. Nos recuerdan que, a pesar de nuestra indignidad, somos los destinatarios de la misericordia infinita de Dios. Dios nos ama de un modo que podríamos llamar «obstinado», y nos envuelve con su inagotable ternura».

Himno:

Oh sol de salvación, oh Jesucristo:
Alumbra lo más hondo de las almas,
En tanto que la noche retrocede
Y el día sobre el mundo se levanta.

Junto con este favorable tiempo
Danos ríos de lágrimas copiosas
Para lavar el corazón que ardiendo
En jubilosa caridad se inmola.

La fuente que hasta ayer manó delitos
Ha de manar desde hoy perenne llanto
Si con la vara de la penitencia
El pecho empedernido es doblegado.

Ya que ha llegado el día, el día tuyo,
Y vuelve a florecer el universo,
Compartamos su gozo los que fuimos
Devueltos por tu mano a tus senderos.

Oh Trinidad clemente: que te adoren
Tierra y cielo a tus pies arrodillados,
Y que nosotros, por tu gracia nuevos,
Cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén.

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