FEBRERO 14: NUESTRA SEÑORA DE PELLEVOISIN (MARÍA MADRE DE MISERICORDIA).

En 1876, Estelle Faguette, de 33 años se encontraba gravemente enferma a causa de una tuberculosis, peritonitis y un tumor abdominal. Los médicos le daban pocas horas de vida.

Estelle, quien trabajaba como empleada doméstica y sostenía a sus dos padres y a una sobrina huérfana, escribió una carta a la Santísima Virgen María contándole sus angustias y suplicando su ayuda, la cual fue depositada a los pies de una estatua de Nuestra Señora de Lourdes. La carta decía lo siguiente:

“Oh mi buena Madre, aquí estoy de nuevo postrada a Tus pies. No puedes negarte a escucharme. No olvides que soy Tu hija y que te amo. Concédeme entonces de Tu Divino Hijo la salud de mi pobre cuerpo para su gloria.

Mira el dolor de mis padres, sabes muy bien que solo me tienen a mí. Si no puedes, a causa de mis pecados, obtener una cura completa para mí, al menos puedes obtenerme un poco de fuerza para poder ganarme la vida y la de mis padres. Ya ves, mi buena Madre, están en vísperas de tener que mendigar su pan; No puedo pensar en esto sin entristecerme profundamente.

¡Acuérdate de Tus sufrimientos la noche del nacimiento del Salvador, cuando fuiste obligada a ir de puerta en puerta pidiendo asilo! Acuérdate también de lo que sufriste cuando Jesús fue puesto en la Cruz. Tengo confianza en Ti, mi buena Madre; si quieres, Tu Hijo puede sanarme. Sabe que he deseado mucho ser una de sus esposas, y que es para agradarle que he sacrificado mi existencia por mi familia, que tanto me necesita.

Dígnate escuchar mis súplicas, buena Madre mía, y repítelas a Tu Divino Hijo. Que me devuelva la salud si quiere, pero que se haga Su voluntad y no la mía. Que al menos me conceda la completa resignación a Sus designios y que esto sirva para mi salvación y la de mis padres. Tú posees mi corazón, Virgen Santa, guárdalo siempre y que sea prenda de mi amor y de mi gratitud por Tu bondad maternal. Te prometo, mi buena Madre, si me concedes las gracias que te pido, hacer todo lo que de mí dependa para Tu gloria y la de Tu divino Hijo.

Toma a mi querida sobrinita bajo tu protección y protégela de los malos ejemplos. Concede, oh Virgen Santísima, que te imite en Tu obediencia y que un día posea a Jesús contigo en la eternidad». Septiembre de 1875.

El 14 de febrero de 1876 la Santísima Virgen María se apareció por primera vez a Estelle iniciando una serie de quince apariciones, siendo la última el 8 de diciembre de 1876, día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.

La Virgen María prometió a Estelle que iba a ser curada, y el viernes 18 de febrero de 1876, Estelle recuperó completamente la salud. El Arzobispo de Bourges, Monseñor Paul Vignancour declaró milagrosa la curación de Estelle.

Durante la tercera aparición la Santísima Virgen dijo a Estelle:

«Yo soy toda misericordiosa». «Las pocas buenas obras y algunas oraciones fervientes que me dirigiste tocaron mi corazón de Madre, entre otras cosas, esta pequeña carta que me escribiste en septiembre. Lo que más me conmovió fue esta frase: Mira el dolor de mis padres, si no puedo ayudarlos estarán en vísperas de mendigar su pan. Acuérdate de lo que sufriste cuando Tu Hijo Jesús fue tendido en la Cruz. Le mostré esta carta a mi hijo; tus padres te necesitan. En el futuro, trata de ser fiel. No pierdas las gracias que te son dadas y publica Mi gloria».

En la novena aparición, mostrando un escapulario con la imagen del Sagrado Corazón, la Santísima Virgen María dijo a Estelle:

«Yo amo esta devoción». 

En su última aparición, el 8 de diciembre de 1876, Nuestra Señora le pidió a Estelle ir a donde el Arzobispo:

«Dile que te ayude con todo su poder y que nada sería más agradable para Mí, que ver esta insignia en cada uno de mis hijos, en reparación de los ultrajes que sufre mi Hijo en el Sacramento de su Amor. Mira, las gracias que derramo sobre los que llevan el escapulario con confianza y que ayudan a darlo a conocer”.

Estelle describe que la Santísima Virgen María extendió sus brazos y que de sus manos caía una lluvia abundante. En cada una de las gotas estaban escritas diferentes palabras como: piedad, salvación, confianza, conversión, salud.

El arzobispo de Bourges, monseñor de La Tour d’Auvergne, creó una comisión para investigar las apariciones y en 1894 el Papa León XIII aprobó la Archicofradía bajo el título de Madre de la Misericordia, Nuestra Señora de Pellevoisin. 

En 1900, el Papa León XIII aprobó oficialmente el Escapulario del Sagrado Corazón y animó a todos los fieles a llevarlo, concediéndoles varias indulgencias.

Pellevoisin recibe cada año numerosos peregrinos. Estelle murió en 1929 y se encuentra abierto su proceso de beatificación.

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