SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA: FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA.

El Papa Juan Pablo II designó el Segundo Domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia, siguiendo las palabras de Nuestro Señor Jesús a Santa María Faustina, que se encuentran en el Diario La Divina Misericordia en Mi Alma:

El primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Divina Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre mi Misericordia Infinita. Dile al confesor que la Imagen de la Misericordia esté expuesta ese día en la Iglesia. Por medio de esta Imagen colmaré a las almas de muchas gracias. Por eso que cada alma tenga acceso a ella”. (Diario 570).

También en el diario dice lo siguiente:

«Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible Misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la Eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi Misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi Misericordia». (Diario 699).

El 13 de junio del año 2002 el Papa Juan Pablo II concedió las siguientes indulgencias para la Fiesta de la Divina Misericordia:

Indulgencia plenaria a los fieles que, en el Segundo Domingo de Pascua o Domingo de la Divina Misericordia, en cualquier iglesia o capilla, en un espíritu que está completamente desprendido del afecto por un pecado, incluso venial, participen en las oraciones y devociones que se hacen en honor de la Divina Misericordia, o que, en presencia del Santísimo Sacramento expuesto o reservado en el Sagrario, reza el Padre Nuestro y el Credo, añadiendo una oración devota al Señor Jesús Misericordioso (por ejemplo, ¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!). También se deben cumplir las condiciones habituales para ganar la indulgencia plenaria:

  1. Confesión (La confesión puede hacerse durante los siete días previos a la Comunión o durante los siguientes siete días).
  2. Comunión (La Comunión debe ser recibida el mismo día de la fiesta de la Misericordia).
  3. Oración por las intenciones del Sumo Pontífice (Puede ser un Padre Nuestro y un Ave María).

Indulgencia parcial, concedida a los fieles que, al menos con un corazón contrito, rezan una invocación legítimamente aprobada a la Divina Misericordia.

Estas son otras publicaciones que se pueden encontrar en este blog sobre la Divina Misericordia:

Oración de Sanación.

La Oración Perseverante.

Oración de Acción de Gracias a la Divina Misericordia.

La Misericordia Divina y los Agonizantes.

Las Cinco Perlas de la Divina Misericordia.

La Potencia del Rosario de la Misericordia.

Visión de Santa María Faustina: Purgatorio, Cielo e Infierno.

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