DEVOCIÓN DE LOS 30 DÍAS A SAN JOSÉ.
Estos 30 días de oración se hacen en honor a los 30 años que San José pasó con Jesús y María en la tierra. En esta oración le pedimos a San José que escuche nuestras peticiones y las lleve al trono de Dios, por sus sufrimientos, tristezas y alegrías. Se comienza 30 días antes de la Solemnidad de San José (19 de marzo), pero puede hacerse durante cualquier otro momento del año:
¡Siempre bendito y glorioso Patriarca San José, padre bondadoso y amoroso, amigo servicial de todos los que sufren! Eres el buen padre y protector de los huérfanos, el defensor de los indefensos, el patrón de los necesitados y afligidos.
A Ti, amoroso guardián de la Familia de Nazaret, acudo en busca de ayuda y protección. Escucha con solicitud paternal, mis fervientes ruegos, y obtén para mí los favores que te pido.
Lo pido por la infinita misericordia del eterno Hijo de Dios, que lo movió a tomar nuestra naturaleza y a nacer en este mundo de dolor.
Te lo pido por el cansancio y el sufrimiento que tuviste al no encontrar en la posada de Belén refugio para la Santísima Virgen María, ni casa donde pudiera nacer el Hijo de Dios. Entonces, siendo negada en todas partes, tuviste que permitir que la Reina del Cielo diera a luz al Redentor del mundo en una cueva.
Te lo pido por la hermosura y el poder del Sagrado Nombre de Jesús, que conferiste al adorable Niño.
Te lo pido por el tormento doloroso que sentiste ante la profecía del Santo Simeón, que declaraba al Niño Jesús y a Su Santa Madre futuras víctimas de nuestros pecados y de Su gran amor por nosotros.
Te lo pido por Tu pena y dolor de alma cuando el ángel te declaró que la vida del Niño Jesús era buscada por sus enemigos. De su malvado plan, tuviste que huir con Él y Su Santísima Madre a Egipto.
Lo pido por todos los sufrimientos, cansancios y trabajos de ese largo y peligroso viaje.
Te lo pido por todos Tus cuidados para proteger al Sagrado Niño y a su Madre Inmaculada durante el segundo viaje, cuando les fue ordenado regresar a Su propio país.
Te lo pido por Tu vida apacible en Nazaret donde te encontraste con tantas alegrías y tristezas.
Te lo pido por Tu gran angustia cuando el Niño Jesús se perdió, para Ti y Su madre durante tres días.
Te lo pido por Tu alegría al encontrarlo en el templo, y por el consuelo que hallaste en Nazaret, viviendo en compañía del Niño Jesús.
Te lo pido por la maravillosa sumisión que mostró en su obediencia hacia Ti.
Te lo pido por el perfecto amor y conformidad que mostraste al aceptar la orden Divina de partir de esta vida, y de la compañía de Jesús y María.
Te lo pido por el gozo que llenó tu alma, cuando el Redentor del mundo, triunfante sobre la muerte y el infierno, entró en posesión de Su reino y te condujo a él con honores especiales.
Te lo pido por la gloriosa Asunción de María, y por esa infinita felicidad que tienes con Ella en la presencia de Dios.
¡Oh buen padre! Te ruego, por todos Tus sufrimientos, penas y alegrías, que me escuchéis y me consigáis lo que te pido:
(Pedir la gracia que se desea obtener).
Obtén para todos aquellos que han pedido mis oraciones, lo que más les convenga según los designios de Dios. Finalmente, mi amado protector y padre, quédate a nuestro lado en los últimos instantes de nuestra vida, para que podamos cantar eternamente Tus alabanzas juntamente con las de Jesús y María. Amén.