FEBRERO 23: SAN POLICARPO DE ESMIRNA.
San Policarpo nació en Esmirna (actualmente Izmir, Turquía) alrededor del año 70 d.C. Fue convertido al cristianismo por San Juan Evangelista quien le dio el cargo de Obispo de Esmirna. San Policarpo era discípulo de los apóstoles y amigo de San Ignacio de Antioquía.
Cuando tenía de ochenta y seis años, el procónsul romano lo instó a renunciar a Jesús para salvar su vida pero San Policarpo siempre se mantuvo firme en la fe.
En el año 155 intentaron quemarlo en la hoguera del anfiteatro de Esmirna, pero las llamas rodearon su cuerpo y un olor a incienso perfumó el ambiente. Al ver el milagro, San Policarpo fue traspasado por una lanza y la sangre que derramó apagó el fuego. Estas fueron las últimas palabras antes de morir:
«¡Señor Dios Todopoderoso, Padre de Tu amado y bienaventurado Hijo, Jesucristo, por quien te hemos conocido, Dios de los ángeles, de los arcángeles, de todas las fuerzas de la creación y de todos los justos que viven en Tu presencia! ¡Yo te bendigo porque te has complacido en hacerme vivir estos momentos en que voy a ocupar un sitio entre Tus mártires y a participar del cáliz de Cristo, antes de resucitar en alma y cuerpo para siempre en la inmortalidad del Espíritu Santo! ¡Concédeme que sea yo recibido hoy entre tus mártires, y que el sacrificio que me has preparado Tú, Dios fiel y verdadero, te sea laudable! ¡Yo te alabo y te bendigo y te glorifico por todo ello, por medio del Sacerdote Eterno, Jesucristo, tu amado Hijo, con quien a Ti y al Espíritu sea dada toda gloria ahora y siempre! ¡Amén!».
Es el Santo patrón de las personas que sufren disentería.