MAYO: MES DE MARÍA.

Hoy comienza el mes dedicado a nuestra Santísima Madre, vivamos este mes con amor y devoción.

Estas son las Salutaciones compuestas por San Juan Eudes. El Padre Benedictino Pablo de Moll se encargó de promoverlas y decía que estas salutaciones son muy agradables a Nuestra Santísima Madre, que quienes veneran devotamente a la Santísima Virgen María con estos saludos pueden contar con Su poderosa protección y bendición.

SALUTACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

¡Dios te salve, María! Hija de Dios Padre.
¡Dios te salve, María! Madre de Dios Hijo.
¡Dios te salve, María! Esposa de Dios Espíritu Santo.
¡Dios te salve, María! Templo de la Santísima Trinidad.
¡Dios te salve, María! Blanco Lirio de la Trinidad Resplandeciente.
¡Dios te salve, María! Rosa Fragante de la Corte Celestial.
¡Dios te salve, María! Virgen pura y humilde, de quien el Rey del Cielo quiso nacer y con tu leche alimentarse.
¡Dios te salve, María! Virgen de las vírgenes.
¡Dios te salve, María! Reina de los Mártires, cuya alma traspasó una espada.
¡Dios te salve, María! Señora bendita, a quien es dado todo poder en el Cielo y en la tierra.
¡Dios te salve, María! ¡Mi Reina y mi Madre! Mi vida, mi dulzura y mi esperanza.
¡Dios te salve, María! Madre amable.
¡Dios te salve, María! Madre admirable.
¡Dios te salve, María! Madre del Amor Divino.
¡Dios te salve, María! Virgen Inmaculada, Concebida sin pecado.

¡Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo!¡Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el Fruto de tu vientre, Jesús!

Bendito sea Tu esposo, San José.
Bendito sea Tu padre, San Joaquín.
Bendita sea Tu madre, Santa Ana.
Bendito sea Tu guardián, San Juan.
Bendito sea Tu Santo Ángel, San Gabriel. Bendito sea el Padre Eterno, que te ha escogido.
Bendito sea Tu Hijo, que te ha amado.
Bendito sea el Espíritu Santo, que te ha desposado.

Benditos por siempre los que te aman y te bendicen. Amén.

Oh Gloriosa Virgen María, que todos los hombres te amen y te alaben.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros y bendícenos, ahora y en la muerte, en el Nombre de Jesús, Tu Divino Hijo.

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