SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA.

Por la señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

SÉPTIMO DÍA (Cuarta aparición de Nuestra Señora, 19 de agosto de 1917):

Estando con las ovejas, en compañía de Francisco y de su hermano Juan, en un lugar llamado Valinhos, y sintiendo que alguna cosa sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que Nuestra Señora viniese a aparecérsenos, y dándome pena que Jacinta se quedase sin verla, pedimos a su hermano Juan que fuese a llamarla. Como no quería, le ofrecí veinte centavos, y allá se fue corriendo.

Entretanto vi, con Francisco, el reflejo de la luz que llamábamos relámpago, y habiendo llegado Jacinta, un instante después, vimos a Nuestra Señora sobre una carrasca.

«¿Qué es lo que Usted quiere de mí?».

«Quiero que sigáis yendo a Cova de Iría el día 13; que continuéis rezando el Rosario todos los días. El último mes haré un milagro para que todos crean».

«¿Qué es lo que Usted quiere que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?».

«Que hagan dos andas: una, llévala tú con Jacinta y dos niñas más, vestidas de blanco; y otra, que la lleve Francisco y tres niños más. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario; lo que sobre es para ayudar a una capilla que deben hacer».

«Quería pedirle la curación de algunos enfermos».

«Sí, a algunos los curaré durante el año». Y tomando un aspecto más serio dijo: «Rezad, rezad mucho, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno, por no tener quien se sacrifique y pida por ellas».

Y como de costumbre comenzó a elevarse en dirección al naciente.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Santísima Virgen María, que te apareciste en Fátima para revelar a los tres pastorcitos los tesoros de gracias escondidos en el rezo del Santo Rosario. Inspira en nuestros corazones un amor sincero a esta devoción, para que, meditando los misterios de nuestra redención, recojamos sus frutos y obtengamos la conversión de los pecadores, la paz para el mundo y este favor que te pido en esta novena si es la voluntad de Dios:

 (Pedir la gracia que se desea obtener).

Oh Santísima Virgen María, que lo que te pido en esta novena, sea para mayor gloria de Dios, para tu propia honra y para el bien de toda la humanidad. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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