MARIA, MADRE DE GRACIA Y MADRE DE MISERICORDIA.

“En la ciudad de Toledo España, vivía un matrimonio con mucha paz. La mujer era muy devota de Nuestra Señora del Rosario, rezándolo de rodillas todas las noches. El demonio irritado contra ella por esta devoción buscaba por todos los medios disuadirla, pero viendo que no podía, trató de vengarse de ella.

Un día se transformó de mozo y cuando el marido de la mujer entró al aposento, el demonio salió dándole la espalda. Enseguida el hombre pensó que la mujer lo traicionaba y busco por todos los medios de quitarle la vida.

La noche que iba a ejecutar el plan y entró en el aposento de la mujer, esta terminaba de rezar el Rosario y decía a la Santísima Virgen: María, Madre de gracia, Madre de misericordia socorredme y amparadme ahora y en la última hora.  El marido con la espada desnuda cogió por el cabello a la mujer y la tiro al suelo. Puso la punta de la espada en su pecho con el fin de traspasarla y así quitarle la vida. Pero no pudo hacerle ningún daño, porque la espada se dobló como cera.

En este momento se dio cuenta de la inocencia de la mujer y de rodillas pidió perdón, descubriendo que todo era una obra del demonio”.  Que poder tiene esta oración en la que invocamos a María como Madre. 

María, Madre de gracia y Madre de misericordia Socorredme y Amparadme ahora y en la hora de mi muerte. Amén.

Historia tomada del libro año Virgíneo.

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