Hoy inicia la devoción de los siete domingos a San José. Son siete domingos antes de su fiesta, el 19 de marzo, pero puede practicarse en cualquier época del año. El Papa Gregorio XVI concedió varias indulgencias a quienes practiquen esta devoción.

Cuenta la historia que dos sacerdotes de la orden Franciscana estaban navegando en la costa de Flandes cuando de repente, comenzó una terrible tempestad, que hizo naufragar el barco con 300 pasajeros a bordo. Los dos Frailes se sujetaron a una tabla que se movía fuertemente por la fuerza de las olas. Así estuvieron tres días y tres noches. Los dos Padres eran muy devotos de San José y se encomendaron a su protección pidiéndole, en el Nombre de Dios, que los salvara en esa difícil situación. Al tercer día, apareció un hombre de apariencia venerable que los llevó milagrosamente a la orilla. 

Los dos Frailes le agradecieron con gran alegría y le preguntaron quién era, el hombre respondió que era San José que había acudido en su ayuda, respondiendo a sus oraciones. También les pidió que rezaran el Padrenuestro y Avemaría siete veces, meditando en sus siete dolores y siete gozos, y les prometió que siempre tendría bajo su protección paternal y amaría a quienes mediten piadosamente estos misterios:

PRIMER DOMINGO.

SEGUNDO DOMINGO.

TERCER DOMINGO.

CUARTO DOMINGO.

QUINTO DOMINGO.

SEXTO DOMINGO.

SÉPTIMO DOMINGO.