DEVOCIÓN DE LOS SIETE DOMINGOS A SAN JOSÉ: SÉPTIMO DOMINGO.

SU DOLOR: Al perder al Niño Jesús y buscarlo con angustia durante tres días.

SU GOZO: Al encontrar al Niño Jesús en medio de los doctores en el Templo.

LECTURA BIBLICA (San Lucas 2, 40):

Los padres de Jesús iban cada año a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, fueron como era costumbre a la fiesta. Pero al volverse ellos a casa, acabados los días, el Niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta. Y pensando que estaba en la caravana, anduvieron un día de camino. Le buscaron entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, se volvieron a Jerusalén en busca suya.

Al cabo de tres días lo hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndolos y haciéndoles preguntas. Cuantos le oían quedaban admirados de su inteligencia y de sus repuestas.

Cuando sus padres le vieron, quedaron sorprendidos, y le dijo su Madre: Hijo, ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Tu Padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia? Jesús les contesto: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?  Ellos no entendieron lo que les decía.

Bajo con ellos a Nazaret, y les estaba sujeto, y su Madre conservaba todo esto en su Corazón. Jesús crecía en Sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.   

Por este dolor y este gozo, te suplicamos que nos libres de la desgracia de perder a Jesús por el pecado mortal; pero si nos aconteciera esta desgracia, concédenos que lo busquemos con dolor incesante hasta que lo encontremos de nuevo, dispuesto a mostrarnos Su gran misericordia, especialmente en la hora de la muerte; para que gocemos de Su presencia en el Cielo, y allí en Tu compañía, cantemos las alabanzas de Su Divina misericordia para siempre.               

Padre Nuestro Ave María y Gloria.

¡San José, Amparo de las Familias, ruega por nosotros!

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