El día de la Fiesta de la Divina Misericordia es fácil obtener indulgencia plenaria para las personas que van a la Santa Eucaristía Dominical y reciben la Sagrada Comunión: solo deben ir al Sagrario y decir un Padre Nuestro, un Credo y una oración a Jesús de la Divina Misericordia, por ejemplo: “Jesús de la Divina Misericordia, en Ti confío”. También deben confesarse (puede ser 7 días antes o siete días después del domingo de la Divina Misericordia).

El 13 de junio del año 2002 el Papa Juan Pablo II concedió las siguientes indulgencias para la Fiesta de la Divina Misericordia:

Indulgencia plenaria a los fieles que, en el Segundo Domingo de Pascua o Domingo de la Divina Misericordia, en cualquier iglesia o capilla, en un espíritu que está completamente desprendido del afecto por un pecado, incluso venial, participen en las oraciones y devociones que se hacen en honor de la Divina Misericordia, o que, en presencia del Santísimo Sacramento expuesto o reservado en el Sagrario, reza el Padre Nuestro y el Credo, añadiendo una oración devota al Señor Jesús Misericordioso (por ejemplo, ¡Jesús Misericordioso, en Ti confío!).

También se deben cumplir las condiciones habituales para ganar la indulgencia plenaria:

1. Confesión (La confesión puede hacerse durante los siete días previos a la Comunión o durante los siguientes siete días).
2. Comunión (La Comunión debe ser recibida el mismo día de la fiesta de la Misericordia).
3. Oración por las intenciones del Sumo Pontífice (Puede ser un Padre Nuestro y un Ave María).

Indulgencia parcial, concedida a los fieles que, al menos con un corazón contrito, rezan una invocación legítimamente aprobada a la Divina Misericordia.