APARICIÓN DE SANTO DOMINGO SAVIO A SAN JUAN BOSCO.

Sueño 107 de San Juan Bosco:

El 22 de diciembre San Juan Bosco relató que Santo Domingo Savio se le había aparecido vestido hermosamente con una túnica blanca y en la cintura una faja roja. Dijo San Juan Bosco: “Le pregunté ¿Por qué llevas esa túnica blanca?. Y un coro desde el cielo comenzó a cantar: “Estos son los que purificaron su alma con la Sangre del Cordero”. (Apocalipsis 7, 14)

Volví a preguntar: “Y por que llevas esa faja roja”. Y una voz cantó esta frase del libro sagrado: “Quienes conservaron la virtud de la pureza seguirán al Cordero de Dios donde quiera que él vaya”. (Apocalipsis 14,4).

Comprendí entonces que la faja de color rojo, color de la sangre era símbolo de los grandes sacrificios hechos para conservar la virtud de la pureza.

Le pregunté por el grupo de jóvenes que le seguían y Domingo dijo: “Esos jóvenes fueron educados en su obra o por sus religiosos, pero su número seria cien millones de veces mayor, si hubiera tenido mayor fe y confianza en Dios“. Lancé un suspiro de tristeza ante estas palabras de Domingo Savio.

Luego me presentó un ramillete de flores. Allí había rosas, violetas, girasoles, gencianas, azucenas, siempre vivas y entre las flores espigas de trigo. Me ofreció el ramillete y me dijo que sus alumnos se esfuercen por tener cada una de estas flores y que no le falte ninguna de ellas. Le pregunté el significado de las flores y él respondió:

“La rosa significa la caridad.
La violeta la humildad.
El girasol la obediencia.
La genciana (flor amarga que baja la fiebre) significa la mortificación y la penitencia.
La azucena representa la pureza y la castidad.
Las espigas de trigo significan la comunión frecuente.
La siempre viva quiere decir que estas virtudes se han de cultivar y poseer siempre y recuérdeles que los que practican la virtud de la pureza serán como ángeles en el cielo”.

Le pregunté qué fue lo que mas le consoló a la hora de la muerte y me dijo: Lo que más me consoló y alegro a la hora de la muerte fue la asistencia de la Santísima Virgen María, la poderosa madre de Dios. Dígales a sus discípulos que no se olviden de invocarla en todos los momentos más importantes de su vida”.

(Tomado del libro de los Sueños de San Juan Bosco).

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