EL PODER DEL SANTO ROSARIO: MÁS PODEROSO QUE LA BOMBA ATÓMICA (MILAGRO DE HIROSHIMA).

El 6 y el 9 de agosto de 1945 fue el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, iniciando el fin de la Segunda Guerra Mundial. Esta es la historia de un milagro, conocido como el Milagro de Hiroshima, en el que el padre Jesuita Hubert Schiffer y tres de sus compañeros (sacerdotes misioneros jesuitas) sobrevivieron a la explosión de la bomba atómica “Little Boy” gracias al rezo del Santo Rosario. 

La bomba explotó a solo 8 cuadras de la Iglesia Jesuita de la Asunción de Nuestra Señora en Hiroshima. Dice el Padre Schiffer: “De repente, una terrible explosión llenó el aire con un estallido de trueno. Una fuerza invisible me levantó de la silla, me arrojó por el aire, me sacudió, me golpeó, me hizo girar y girar como una hoja en una ráfaga de viento de otoño”.

Los cuatro sacerdotes que vivían en la rectoría, dentro del radio de destrucción de la bomba atómica, después del impacto de la explosión, salieron, miraron a su alrededor y no vieron nada, todo estaba destruido varios kilómetros a la redonda, miles de personas murieron y todos los edificios habían desaparecido, todo, menos los cuatro sacerdotes que sobrevivieron y además no sufrieron ninguna enfermedad posterior por la radiación. Fueron examinados varias veces a lo largo de los años y nunca encontraron rastro de radiación en sus cuerpos.

Dice el Padre Schiffer: “Solo tomó un segundo: un destello, terriblemente aterrador, e Hiroshima, hogar de medio millón de personas, fue borrado de la tierra. Lo que quedó fue solo oscuridad, sangre, quemaduras, gemidos, fuego y terror sembrado”.

Cuando se les preguntó a los sacerdotes por qué creen que se salvaron, mientras tantos murieron por la explosión o por la radiación posterior, el padre Schiffer dijo:

“Sobrevivimos porque estábamos viviendo el mensaje de Fátima. Rezábamos juntos el rosario todos los días”.

Iglesia Asunción de Nuestra Señora después de la explosión.
En el círculo rojo: Sacerdotes Jesuitas afuera de la Iglesia.

El Padre Schiffer escribió el libro “El Rosario de Hiroshima” donde narra el milagro, estos son algunos de sus mensajes:

“Lo que necesitamos hoy es una Cruzada de Oración, el espíritu de oración en todas partes, una renovación de nuestra confianza más profunda en la providencia de Dios. Nuestra Santísima Madre prometió que cuando escucháramos su súplica de oración, el mundo tendría paz”.

Podemos sentir que nuestros humildes esfuerzos no pueden tener un efecto tan tremendo sobre el mundo, pero pensemos por un momento en el poder de un río, barriendo todo a su paso. Ese río está formado por pequeñas gotas de agua, y porque innumerables gotitas de lluvia han caído en él, el río se ha convertido en una fuerza que transporta pesados ​​barcos y transforma los desiertos en fructíferas granjas y jardines.

Así también, el rezo del rosario por la paz por parte de innumerables personas en todo el mundo, se convertirá en una fuerza espiritual inmensa e irresistible por la paz. En este universo no hay nada más que forme un terreno común para los pueblos del mundo excepto el amor de Dios, la caridad y el espíritu de oración. El rosario de nuestra Santísima Madre es un lazo que une las cuerdas del corazón del mundo”.

“Este es el Mensaje de Hiroshima: Oración en cada corazón, oración en cada labio, oración que mueve el trabajo de cada mano en todo el mundo. Es este espíritu de oración el que nos traerá la paz en este mundo. ¿Se hará realidad? La respuesta depende de ti”.   

Padre Roberto Schiffer, 1953.

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