ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II A NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO.

¡Madre del Buen Consejo!, muéstranos siempre cómo debemos servir al individuo ya la humanidad en cada nación, cómo debemos conducirlos por los caminos de la salvación. Cómo debemos proteger la justicia y la paz en un mundo continuamente amenazado por varios lados. Cuánto deseo con motivo de nuestra reunión de hoy confiarte todos los problemas difíciles de la sociedad, de los sistemas y de los estados, problemas que no pueden resolverse con el odio, la guerra y la autodestrucción, sino solo con la paz, la justicia y el respeto por los derechos de los pueblos y de las naciones.

¡Madre de la Iglesia!, ¡haz que la Iglesia goce de libertad y de paz para cumplir su misión salvífica y que, para este fin, madure con una nueva madurez de fe y de unidad interior. ¡Ayúdanos a vencer las oposiciones y las dificultades! Ayúdanos a descubrir de nuevo toda la sencillez y la dignidad de la vocación cristiana. Haz que no falten los “obreros en la viña del Señor”. ¡Santifica a las familias! ¡Vela por las almas de los jóvenes y los corazones de los niños! Ayúdanos a vencer las grandes amenazas morales contra las esferas fundamentales de la vida y del amor. Obtén para nosotros la gracia de renovarnos continuamente a través de toda la belleza del testimonio dado por la Cruz y la Resurrección de Tu Hijo. Amén.

Polonia, 4 de junio de 1979. (Hace parte del Acto de Consagración a la Madre de Dios).

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